Ahora el disco. En lo absoluto, Polaris no decepcona ni deja indiferente, como lo hizo su último disco homónimo. Más bien deja ese sabor de renovación, y donde la cabeza no es uno sino todos, banda que trabaja como tal, por haber puesto su codo en este disco cada uno de sus integrantes. En cuanto a la línea musical, percibí secuencias no tan melódicas y escalas muy interesantes en los solos de Kupiainen, y la liberación de acento neoclásico, por un sonido más moderno y más técnico. Sobre la producción; el sonido es impecable.
El disco se abre con “Deep Unknown”, con video promocional, y Kupiainen no deja sentir ningún vacío dejado por Tolkki. Existe mayor participación de los teclados de Johansson en todo el disco y ya no se siente un teclado opacado como en el “Stratovarius” o en el que sería “Revolution Renaissance”. “Falling Star” abre su paso para abrir el “King of Nothing” un tema que se abre poderosamente. Le sigue el “Blind” y luego el lento “Winter Skies” con un suave piano de por medio. “Forever is Today” recuerda mucho al “Speed of Light” o todo ese arsenal demoledor y técnico del viejo Stratovarius. “Higher We Go” es un gran tema, de estribillo invasor de mentes… una y otra vez, seguido de la balada “Somehow Precious”. “Emancipation Suite Part I: Dusk” me recuerda al “Elements” o “Infinite” por mantener ese coro y esa omnipotencia de la banda al encarar un himno de ese calibre con un ¡Emancipation! que parece ser la respuesta a un Revolution R…, Kupiainen hace de los solos de guitarra algo digno de la banda . “Emancipation Suite Part II: Dawn” es la parte lenta del tema. El disco se cierra con “When Mountains Fall” que es algo así como un “Forever” en versión Polaris, muy buena canción, simple, con violines y guitarra nada más. Además podemos escuchar un bonus track, otra versión del principal “Deep Unknown”.
