martes, 11 de diciembre de 2007

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"Reo de Nocturnidad" de Alfredo Bryce Echenique

Recuerdo las frases del poeta Omar Aramayo cuando le pregunté sobre el por qué de su inclusión a Bryce dentro del círculo de los escritores “lite” (como él los denomina) en el que están Coehlo, Cuatémoc, y más esperpentos. Pero ¿Por qué Bryce? ¿Acaso un mundo para Julius no refleja un vieja realidad de la oligarquía limeña, vista desde ojos inocentes como los de Julius?

—Bryce es un anti-indigenista, además Julius nunca crece—expuso—pero considero una buena novela de Bryce: “Reo de Nocturnidad”.

No sé que argumentos se tendrá para afirmar que Julius no crece; pudo, tal vez, referirse al aspecto psicológico de Julius. No le pregunté más del tema porque la reunión no era para debatir sobre la producción literaria de Bryce. Así que para sacarme de dudas me leí el citado Reo de Nocturnidad.

Se trata del peruano Maximiliano Gutierrez, un profesor de literatura, residente en París, fondo ya típico y trillado de Bryce; rompía este fondo con “No me Esperen en Abril”, pero volvió a las andadas, como él mismo lo diría. Otra equivalencia: el amor por una mujer, una constante en su producción.

Tomando puntos propios de la novela: Ornella es una mujer de quien Max se enamora irracionalmente, en el transcurso del tiempo va prácticamente acribillando hasta su dignidad al ser conciente de que ella la engaña y sólo viene hacia él por un poco de dinero para luego irse con Oliver Sipriot un joven aventurero y no precisamente moral. Esta pequeña historia termina con el “engaño final” de Ornella quien aparenta un secuestro de Sipriot quien pide a Max dinero, el vende su casa y su auto, para “rescatar” a Ornella.

Max empieza su nueva vida en Montpellier, donde va adquiriendo un insomnio que lo conduce a situaciones desconcertantes, además de ir inventando más de dos historias cómo murió Ornella. Ornella es su vida. En Montepellier también se descubren personajes característicos para darle color a la historia, como un escritor, una d unas estudiantes, etc Max termina en una clínica mental, donde el problema se soluciona.

En cuanto a la frustración constante de Max, la salida, pese a la diferencia de edad, es Claire una joven que conoció en Montpellier. Claire ayuda a Max a recuperarse siendo su asistente en la escritura a modo de terapia de lo que sería Reo de Nocturnidad. Claire es la salida, la solución. Max ama a Claire.

Así es que la novela está escrita en primera persona, explorando el interior de Max, momentos de desborde de la pluma de Bryce son, cuando Max reflexiona sobre su crisis de insomnio.

El estilo y el humor que el autor acostumbra ponerle a su producción están presentes.

Los personajes que presenta sirven para caracterizar prototipos de pequeños grupos sociales, como el escritor inédito, quien odia a sus excompañeros porque publicaron, pero él, al conocer que una editorial quiere publicar una novela suya sufre un ataque de felicidad. O la irónica crítica a una pseudoexiliada chilena.

El insomnio ya de de por sí aire propio a la novela, es tal vez por eso que, Aramayo la considera un lunar en su producción. Yo luego de leer la novela, no puedo compararla con el resto de escritos con el tema del peruano en Europa, ya que dije, el insomnio lo hace peculiar. Pero, inocentemente, disfruté más al exagerado Martín.